El futuro de los Países Bajos: el método pólder como solución

Hondsbossche Zeewering [Holanda]. Image © Martina Nolte [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0] Hondsbossche Zeewering [Holanda]. Image © Martina Nolte [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

Cuando hablamos de ciudades como Ámsterdam, inevitablemente recordamos ese entramado de canales, de calles entremezcladas con agua. Y es en cierta manera el agua uno de los quebraderos de cabeza más renombrados al que esta ciudad se enfrenta. Con un 60% del territorio por debajo del nivel del mar, el cambio climático (y la consecuente crecida del nivel de los mares y ríos) es una cuestión de supervivencia no sólo para ella, sino para todo el país.

Canal en la ciudad de Ámsterdam. Image © Renaud Torres [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0] Canal en la ciudad de Ámsterdam. Image © Renaud Torres [Flickr bajo licencia CC BY-NC 2.0]

195 países se reunieron en 2015 para la firma de un acuerdo histórico: mantener el calentamiento global por debajo de 2 ºC, con 1,5 ºC como objetivo. El gabinete de gobierno holandés acordó en su agenda energética la disipación total de gases de efecto invernadero [CO2] como objetivo para el año 2050. Dicho acuerdo fue firmado en 2013 por 47 partes.

Dicho enfrentamiento ante las adversidades climáticas que están por venir, y concretamente en el caso de los Países Bajos, parte de la necesidad de recuperar técnicas del pasado como el pólder. Dicha técnica se ha desarrollado en Holanda desde el siglo XII hasta nuestros días. Se entiende por pólder toda aquella actuación en el terreno realizada con el fin de drenar un agua superficial, por medio de 3 elementos principalmente. Un dique; una estructura de cierre perimetral (formada normalmente por la acumulación de arena y rocas) que envuelve la totalidad de la superficie a drenar, como elemento activo de protección frente al agua. Un sistema de canalizaciones, menores en primera instancia, mayores en segunda, que desembocan en el mar. Y por último una compuerta que sirve como “desatascador”; vaciando, normalmente en marea baja, el agua drenada y acumulada por los canales.

Tipología de dique en línea de costa. Image Cortesía de LOLA Landscape Architects Tipología de dique en línea de costa. Image Cortesía de LOLA Landscape Architects

Cuando nació, esta técnica fue empleada como medio de drenar las aguas pantanosas del delta holandés en ríos cercanos, con el objetivo de arar la nueva tierra, rica en minerales, posteriormente. 

Grevelingen Dam [Holanda]. Image Cortesía de LOLA Landscape Architects Grevelingen Dam [Holanda]. Image Cortesía de LOLA Landscape Architects

Esta idea primigenia acabó convirtiéndose en todo un sistema de canalizaciones donde el agua era impulsada por cientos de molinos de viento, los cuales han sido sustituidos por centrales de bombeo de agua actualmente, quedando estos como vestigios históricos de aclamada atención turística.

Molinos de viento en el pólder de Overwaard. Image © Lucas Hirschegger [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0] Molinos de viento en el pólder de Overwaard. Image © Lucas Hirschegger [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]

A día de hoy, son muchos los países que han aprendido de este modo de hacer, lo cuál han utilizado para desarrollar grandes obras de la ingeniería como Pulau Tekong, Palm Islands u Odaiba. Mientras que los antepasados de los holandeses se las ingeniaban para achicar unos cuántos centímetros de agua superficial, hoy en día se consiguen reflotar masas de tierra ingentes para su posterior poblamiento. Aprovechando los medios de los que hoy disponemos, tal vez el futuro no sea tan abrumador como parece; pero no cabe duda de que ciudades como la mencionada Ámsterdam, Venecia o Nueva York deben ser las primeras en comenzar esta maratón ante la cuenta atrás climática.

Palm Islands [Dubai]. Image © Helmut Pfau [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0] Palm Islands [Dubai]. Image © Helmut Pfau [Wikimedia bajo licencia CC BY-NC 3.0]