Descripción enviada por el equipo del proyecto. Al modo de un Folie, la obra se propone como un referente temporal en el Parque Bicentenario en Santiago de Chile. El proyecto es un pabellón temporal, el acceso a una feria ubicada en uno de los parques más destacados de Santiago que se extiende a lo largo del río Mapocho.
A la manera de una gran carpa de tela, el pabellón consiste en una nave abovedada cubierta por un MetalScreen rojo, una piel de malla metálica desarrollada por Hunter Douglas. Se propone como una experiencia espacial para los visitantes a la feria.
La idea del pabellón es marcar un momento de cambio antes de ingresar a la feria y luego en el regreso despedirse. El espacio está cargado de una atmósfera impregnada de luces y sombras, visión borrosa y color rojo que genera una activación con el verde predominante del parque.
Es una propuesta arquitectónica que apela a la ligereza, el paso del aire y la frescura de una sombra tamizada frente a un clima caluroso de verano en Santiago.
Colaboradores: Antonio Morodo, Alexis Rodríguez, Lucía Aumann
Patrocinadores: -EDM- Estilo y Decoración en Madera, Cancelería Yave
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La localidad es el resultado de habitar e interactuar con un grupo de personas en un mismo territorio, convirtiéndose en locales de dicho espacio. Nuestro enfoque está plasmado como ejercicio para la Ciudad de México, inspirado en los millones de personas que nos trasladamos de distintos lugares a otros destinos, a través del medio de transporte más incluyente y de mayor flujo del país, y en donde un grupo de personas desconocidas convive por algunos minutos todos los días.
Ubicado en la Plaza Manuel Tolsá, el proyecto es un proceso interactivo en unespacio delimitado, conformado por doce puertas, cada una con un color diferente que permite al usuario escoger el acceso con el cual se identifica, estos colores fueron determinados por las doce líneas del sistema de transporte colectivo metro. Cuando los usuarios atraviesan la puerta, son recibidos por un interior indiferente, en donde inicialmente se observan a símismos de forma infinita, fortaleciendo la idea de pertenencia y después a todos como grupo logrando una sinergia única y coexistiendo de igual a igual sinlímites.
El espacio interior se llena de un grupo de locales temporales que lo habitan e interactúan de forma libre creando un territorio único por ese momento y fomentando la idea de hacer localidad. La instalación está construida a base de polines y hojas de triplay en el exterior de la circunferencia, mientras que al interior se forró por cristal reciclado, generando un reflejo infinito. Para optimizar el aprovechamiento de los materiales, se utilizó un sistema modular, evitando la generación de desperdicio y garantizando la reutilización de los mismos.