¿Qué carácter tiene la urbanización de la Ciudad de México? We Are An Event
We Are an Event es un personaje de ficción nacido de la colaboración de Quentin Laurens-Berge y Lambert Moiroux, ambos de nacionalidad francesa para atender cuestionamientos de la ciudad en donde radica, este personaje es una esfera de intercambio y una herramienta de distancia del trabajo producido. Como se ha podio apreciar en sus recientes participaciones, Quentin y Lambert pertenecen a una generación de arquitectos jóvenes que cuestiona los modos de producir arquitectura dentro de la disciplina con una mirada cotidiana de lo estético.
El pasado 17 de octubre en la Ciudad de México, We Are an Event presentó una exposición efímera en donde demostraron que son en los elementos ordinarios, a menudo triviales, los que conforman los paisajes cotidianos pero olvidados de la ciudad de México; estos elementos pueden constituir energías latentes de un proyecto que se enfocaría a pensar de nuevo la monstruopolis mexicana como una utopía urbana.
Por su sensibilidad, detalle y obsesión por los elementos ignorados de la ciudad, We Are an Event, poco a poco se va posicionando como una de las oficinas jóvenes de arquitectura que eluden las herramientas del arquitecto para generar una gramática plástica basada en la revalorización del carácter de la urbanización de México. Su trabajo nos habla de las nuevas inquietudes del gremio, que se extienden a los límites de la profesión y que utilizan la retórica gráfica no sólo para representar sino para abstraer elementos ignorados pero con un ojo crítico.
Los espacios concebidos en el imaginario de We Are an Event se muestra como un lugar vaporoso y móvil, completamente efímero y utópico buscando responder a las necesidades urbanas. We are an event se emprende a escribir el alfabeto arquitectónico y poético del estremecimiento continuo de una efervescencia que burbujea para despertar en el individuo una percepción más expresiva y emocional de los elementos urbanos que fabrican el carácter de la Ciudad de México.
La exhibición se dividió en tres categorías que exponen una trayectoria que mezclan su innegable formación como arquitectos franceses, inmersos en la vaporosa Ciudad de México.
Vivienda para todos
Considerando que muchas personas tienen dificultades para alojarse en México, la intención de esta pieza es abrir paso a la reflexion sobre el acceso a una vivienda para todos. Al convertir el concepto de un juego de plástico armable en una escultura de bronze se trata de valorar tanto la forma que el re-uso de un elemento del paisaje urbano de México: los tanques elevados.
Metódicamente, esta pieza busca desviar y reinterpretar el uso de estos vigilantes de la ciudad que sobresalen de la cumbre de los edificios y parecen esperar para activarse como artefactos urbanos. Real arquitectura de servicio para lo urbano, esta escultura contiene todos los elementos necesarios para dormir en un tanque elevado y aparece como un punto de reflexión crítica sobre el condicionamiento social y psicológico de la urbanización de la Ciudad de México.
Altar de la Alocasia Maya
Altar de la Alocasia Maya confronta al espectador con la visión futura de un posible dominio de la naturaleza en el urbanismo de la ciudad de México, donde el tiempo, el espacio, la trayectoria y la traza del crecimiento de la planta dentro de su nicho generarán un primer simulacro de los tiempos por venir.
Cien ficciones
Esta escultura es el resultado de un performance en la calle que consistió a dibujar 100 elementos urbanos presentes en la Ciudad de México empujando un puesto de dulces convertido en una mesa de dibujo ambulante y utilizando un cajón del bollero de zapato como estuche para dibujar. El trabajo consistió a transformar lo real en una gramática plástica compuesta de 100 ficciones arquitectónicas inspiradas por los individuos, objetos y personas que fabrican la urbanización de México.
Estas 100 ficciones dibujadas a mano están colgadas a una estructura de metal que recuerda a las estructuras que sostienen los periódicos expuestos en las calles de la monstruopolis mexicana. Esta pieza refleja la voluntad de crear un alfabeto arquitectónico que busca criticar la falta de interés mostrado por las autoridades y los planificadores en frente de los elementos cotidianos pero olvidados que forman el carácter de la ciudad de México (puestos ambulantes, jaulas para plantas, intercomunicadores, objetos que prohiben el estacionamiento, tanques elevados y todos las micro-arquitecturas inteligentemente pensadas en la calle ).
Finalmente, esta escultura es el punto de partida de un método de re-apropiación de lo urbano en México.