El movimiento moderno ya no es la respuesta en Rusia
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad, el modelo de expansión urbana utilizado por Rusia ha sido el Modernismo Soviético. El prolongado uso y aplicación de principios del Movimiento Moderno para el crecimiento de las ciudades ha sido traído múltiples consecuencias para el desarrollo orgánico de las ciudades y el mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Nuevas generaciones de profesionales buscan hacer un cambio.
Ante la urgente demanda habitacional que enfrentaba la Unión Soviética post segunda guerra mundial y la muerte de Stalin, Nikita Jrushchov adoptó el Movimiento Moderno como el nuevo modelo de expansión para el desarrollo urbano de la nación, tendencia arquitectónica mucho más acorde al proceso de modernización que la línea tradicionalista que se usaba hasta el momento.
La apuesta del movimiento moderno por zonificar y sistematizar la ciudad provocó que algunas funciones se desarrollaran con mayor énfasis que otras. La vivienda se convirtió en el elemento protagónico de la organización urbana, enfatizando en el desarrollo de grandes complejos residenciales que promulgaban los valores del comunismo mediante la estandarización de las construcciones.
A pesar de la voluntad del movimiento moderno por desarrollar áreas de esparcimiento que complementaran la vivienda, su protagonismo causó que el diseño del espacio público pasara a segundo plano, obteniendo espacios sub-diseñados, sin programación, ni sentido de pertenencia por parte de los habitantes.
En la actualidad, y después de décadas de implementación del Modernismo Soviético, este modelo sigue siendo utilizado por arquitectos y planificadores para el desarrollo de las ciudades rusas, contando con el apoyo tanto del Estado como de inversionistas privados para su mantención. Sin embargo, el uso permanente de principios del movimiento moderno como bases teóricas para el crecimiento de las ciudades ha producido una fuerte fisura en el tejido urbano, no sólo debido a la zonificación de usos y espacios públicos subutilizados, sino también por el alto protagonismo de infraestructuras para el automóvil que han olvidado la escala humana.
Sin embargo, las nuevas generaciones de profesionales entienden que la arquitectura soviética ya no es la solución en la Rusia de hoy en día y buscan hacer un cambio: pasar del paradigma racionalista y esquemático de antaño hacia uno que entienda la ciudad como un organismo vivo que crece por sí solo.
Estos nuevos arquitectos defienden la ciudad como un soporte físico que se sensibiliza ante la complejidad de los seres humanos y sus necesidades, tomándose más tiempo para analizar y comprender las problemáticas espaciales. Ellos promueven un tejido denso y mixto capaz de transmitir diversidad y espontaneidad, así como la importancia de rescatar la escala humana.
Para fomentar el cambio en las nuevas generaciones de profesionales, Strelka Institute, con el apoyo de DOM.RF y el gobierno Ruso, crearon el programa ARCHITECTS.RF, para liberar el potencial personal y profesional de los participantes y desarrollar habilidades blandas para formar profesionales con herramientas especializadas para la creación de nuevos entornos urbanos y cambiar así el futuro de las ciudades rusas.
Dada la cantidad de oportunidades que se abren en tiempos de cambios, hoy es un buen momento para los arquitectos jóvenes en Rusia: son profesionales de menos de 40 años que están participando y realizando interesantes proyectos que aportan no sólo al cambio de mentalidad de los profesionales, sino también la mentalidad de los ciudadanos al hacerlos partícipes de la vida contemporánea.
Uno de los grandes promotores de este cambio de paradigma es Strelka KB, una organización que lleva más de 5 años empujando a autoridades, arquitectos y académicos a entender las ciudades rusas como sistemas integrados, demostrado a través de diversas iniciativas que el urbanismo cada día acoge más las necesidades planteadas desde los habitantes.
A continuación, 5 proyectos contemporáneos ejemplares en Rusia: