Distanciamiento social en viviendas compartidas: cómo las comunidades enfrentan el COVID-19
Muchos de nosotros ya hemos vivido o estamos viviendo en algún tipo de vivienda comunitaria. Ya sea por una experiencia universitaria de vivir en un dormitorio o en una comunidad de jubilados llena de otras personas mayores, el concepto vagamente definido, pero cada vez más popular, de co-living ha tomado muchas formas en la sociedad. Los gigantes del mercado dedicados al co-living, incluidos WeLive, Common y Ollie, se centran en participar en una economía compartida, ofreciendo una solución de vivienda financieramente sensata y fomentando las conexiones sociales. A medida que continuamos luchando contra la pandemia del COVID-19 y nos adaptamos a la aplicación del distanciamiento social y los mandatos de quedarse en casa, los arrendatarios que viven juntos se han visto obligados a descubrir nuevas formas de convivir, al tiempo que mitigan los riesgos para la salud. De hecho, las comunidades que habitan en un co-living pueden estar mejor posicionadas, en cuanto al manejo de la pandemia y el sentido de normalidad, que las ofertas de bienes raíces de residencias tradicionales.