Construyendo calorías: yendo más allá del greenwashing para investigar el valor de vivir con plantas

La primera instalación del Sistema de Fitorremediación Modular Activo (AMPS) en el Centro de Respuesta de Seguridad Pública II (PSAC II), en el Bronx, en Nueva York, EE. aire del interior del edificio. Imagen © Yale CEA/SOM/AMPS, Imagen cortesía de Skidmore, Owings & Merrill-SOM La primera instalación del Sistema de Fitorremediación Modular Activo (AMPS) en el Centro de Respuesta de Seguridad Pública II (PSAC II), en el Bronx, en Nueva York, EE. aire del interior del edificio. Imagen © Yale CEA/SOM/AMPS, Imagen cortesía de Skidmore, Owings & Merrill-SOM

En 2013, ArchDaily publicó el artículo "¿Podemos dejar de dibujar árboles encima de los rascacielos?" - su autor estaba frustrado por el desenfrenado greenwashing. Si quisieras que pareciera sostenible, solo tendrías que ponerle un árbol. Las plantas siempre han sido una táctica de marketing efectiva para atraer a las personas con conciencia ambiental, pero tan pronto como se retocan con Photoshop, a menudo se descartan al primer soplo de ingeniería de valor. Dada la voluminosa ráfaga de comentarios y debates vigorosos que siguieron a esa publicación (2013, 2016, 2016), está claro que hay algo que persiste, tal vez un instinto ampliamente sentido de que, en verdad, nuestros "paisajes" urbanos son insostenibles y, a menudo, inhabitables. Nuestras ciudades no solo aprovechan los servicios ecosistémicos de los bosques lejanos y las aguas subterráneas para respaldar nuestra producción de carbono, la contaminación del aire y el desperdicio de agua, agotando la tierra cultivable para alimentar a nuestras poblaciones cada vez más urbanas, sino que al mismo tiempo crean áreas urbanas desprovistas de vida que aumentan nuestra huellas de carbono e impactan negativamente en la salud y el bienestar humanos.

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