Carbono incorporado en los materiales de construcción: qué es y cómo calcular

Planta de energía y centro de recreación urbana CopenHill / BIG. Image © Laurian Ghinitoiu Planta de energía y centro de recreación urbana CopenHill / BIG. Image © Laurian Ghinitoiu

Todas las actividades humanas afectan al medio ambiente. Algunas menos, algunas mucho más. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el sector de la construcción es responsable de hasta el 30% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Actividades como la minería, el procesamiento, el transporte, las operaciones industriales y la combinación de productos químicos dan como resultado la liberación de gases como CO2, CH4, N2O, O3, halocarbonos y vapor de agua. Cuando estos gases se liberan a la atmósfera, absorben una porción de los rayos del sol y los redistribuyen en forma de radiación en la atmósfera, calentando nuestro planeta. Con una cantidad desenfrenada de gases liberados diariamente, esta capa se espesa, lo que hace que la radiación solar ingrese y no pueda salir del planeta, causando impactos incalculables para la humanidad, como la desertificación, el derretimiento de los hielos, la escasez de agua, y la intensificación de las tormentas, huracanes, inundaciones, modificando los ecosistemas y reduciendo la biodiversidad.

Como arquitectos, una de nuestras mayores preocupaciones debiese ser la reducción de las emisiones de carbono incorporadas en los edificios. Ser capaces de medir, cuantificar y calificar sus impactos es un buen camino para comenzar.

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