Una pequeña casa de cabras que alguna vez se encontraba en el prado, en el borde de una reserva natural protegida, marca los contornos máximos para construir una nueva vivienda. ¿Cómo se puede crear un hogar que, en lugar de perturbar el paisaje natural, realce su belleza? Además, ¿cómo puede cumplir con los estrictos requisitos del plan de zonificación?

En el sur de Córdoba, en las afueras de un pequeño pueblo rural y delimitada en su parte norte por un vasto paisaje de olivares, se encuentra la "Casa Libertad", nombrada así por la calle homónima en la que está ubicada. Concebida como un hogar de retiro para los padres, con una sala principal como sala de estar y comedor, cocina, dormitorio, baño, dos patios y una terraza, es el resultado de una colaboración entre un padre como maestro constructor y un hijo como arquitecto. El edificio se encuentra en un terreno rectangular de 7 x 20 metros y está girado 45° en torno a los ejes cardinales. En otras palabras, a simple vista, su orientación y su ubicación en un entorno urbano de poco interés no son ideales.

Piet Goddaer, también conocido como Ozark Henry, vive y trabaja en la región costera, donde vivió los momentos más bellos de su juventud. Cuando buscaba una nave industrial adecuada para albergar su nuevo estudio - "necesito espacio y altura"-, le llamó la atención una granja en venta. La casa con el establo y la tienda adyacentes le encantaron inicialmente por su ubicación junto al antiguo canal. Se dio cuenta de que ése sería su nuevo nido creativo nada más ver el enorme garaje para vehículos agrícolas de la parte trasera. Toda una sorpresa, ya que ese edificio estaba prácticamente oculto a la vista desde la calle.