El impasse de la arquitectura diseñada para personas afectadas por desastres
El vuelo de un pájaro, una lluvia de verano, la modificación del nivel del mar, los relámpagos en una tormenta o una sequía prolongada son algunos fenómenos naturales que, si bien ocurren con frecuencia, pasan relativamente desapercibidos. Sin embargo, algunos otros son capaces de llaman significativamente nuestra atención, como puede ser la erupción de un volcán, un terremoto, la aparición de un nuevo virus o una gran inundación. Aun así, si los mismos se producen en una región deshabitada y no causan daños materiales considerables, siguen siendo sólo fenómenos naturales. En cambio, si se producen en lugares del planeta donde habitan muchas personas y como consecuencia producen muertes, lesiones, interrupciones en las actividades productivas, grandes pérdidas financieras y la necesidad de desplazamiento de la población, entonces se consideran desastres naturales.