Leer arquitectura: la importancia de los libros en el proceso de proyecto
El libro es una herramienta de proyecto más, indispensable para muchos, pero de utilidad limitada para otros. Cuando hablo de libros, no hablo del posible pensamiento recurrente hacia cualquier libro de literatura (novela, poesía, narrativa, …), los cuales también son de provecho dentro del abstracto y difuso proceso de proyecto. Enric Miralles, por ejemplo, solía recurrir a versos de Lorca o a la parafernalia de Queneau a la hora de cimentar esas intuiciones de proyecto primitivas. Pero no me refiero a ese tipo de lectura, igualmente recomendada, sino a la propia de nuestro gremio, de nuestra peculiar y aguda mirada. El arquitecto busca la inspiración en los libros, pero es sólo cuando este refleja su pensamiento en papel cuando muestra su verdadera e intangible naturaleza.
Cualquier arquitecto tiene la fortuna de contar con una gran variedad de subgéneros en papel. Desde profundas reflexiones sobre la materia en obra escrita, hasta tomos ilustrativos de imágenes de arquitectura, detalles constructivos, planimetrías, etc. Estamos hechos de lo que vemos, eso es innegable. Por ello, todo ese haber nos acompaña dentro del proceso del proyecto, apareciendo caprichosamente a medida que hacemos frente a los problemas con los que este nos desafía. La sola recurrencia a un libro puede abrir puertas dentro de ese camino de proyecto, del mismo modo que llega a cerrar otras. Movernos por intuición, pero siempre de la mano de una pauta ya marcada desde un primer momento. Acudir a referencias externas en libros, revistas, … es un ejercicio complicado al inicio, en el cual los cantos de sirena de multitud de fuentes pueden apartarnos de nuestro camino. Saber elegir esas referencias, esas pautas iniciales, nos mostrará una ruta comprensiblemente factible dentro de la cual el proyecto se mostrará más dócil, más accesible, mucho más permeable a las modificaciones venideras.