Tienda PRADA, Tokyo

,
Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

Hace algunos años la cadena de tiendas Prada comenzó una búsqueda de proyectos experimentales que actuaran como epicentros apuntando a redefinir la estrategia de ventas. La idea es “darle una nueva forma tanto al concepto como a la función de salir de compras, el placer y la comunicación, promover la fusión del consumismo y la cultura”, además de “investigar la idea de un local en si mismo y el potencial de nuevos materiales y sus combinaciones”. El nuevo epicentro Prada Tokyo de Herzog & de Meuron (2003), que sigue al de NY de OMA/Koolhaas (2001), es uno de los ejemplos más extremos y caros de la ambición de la moda por la alta arquitectura y la credibilidad que viene con ella. La ubicación elegida por Prada no es causal. Tokio está obsesionada por las marcas y Omote Sando es la calle escaparate de Tokio. El resultado: una vidriera de 83 millones de dólares.

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

Se trata de un edificio absolutamente no convencional de seis pisos cuyo rasgo particular son los paneles de vidrio con formas de diamante que constituyen su fachada. El edificio se implanta en la esquina del terreno dejando parte de la superficie libre para generar una plaza pública adyacente al mismo, un gesto importante en una ciudad densamente construida. Se crea una superficie que sirve como acceso al subsuelo cubierta de musgo tratado como si fuera un material textil, que se cosió sobre una malla de acero que se irriga desde la parte trasera del muro. Las proporciones del edificio se corresponden mas con una componente doméstica que con una torre. El resultado formal aunque remite a una imagen de una casa o una joya responde en realidad a las regulaciones en el control de sombras de Tokyo.

La estructura funcional del edificio se organiza de la siguiente manera: subsuelo, deportes; primer piso, marroqiuinería; segundo piso, hombres; tercer piso, mujeres; cuarto piso, zapatería; quinto piso, clientes vip; sexto piso, espacio para exhibiciones y performances.

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

Los elementos físicos del edificio que definen el espacio y proporcionan la estructura son los tubos horizontales y la celosía de acero con forma de diamante de la fachada. El resto de la organización tectónica es inmediata: varias losas horizontales -que no cubren la totalidad del área-, los tres núcleos de comunicación vertical que las conectan y los tres tubos horizontales con formas romboides que van por el lado libre de las losas y se intersectan con los planos verticales de la membrana.

El local presenta aspectos tecnológicos que se han tornado fundamentales en los locales de venta de Prada. La arquitectura inspiró una solución lumínica simple. La distribución de las luminarias dependió de las funciones del espacio; en circulaciones y almacenaje menos iluminación y en los probadores más. Cuando cae la noche el edificio brilla gracias al sistema decorativo de luminarias y a los proyectores de imágenes que crean ilusiones ópticas que son proyectadas al interior de los tubos y una pared. El único efecto que se mantiene de NY es el de los cambiadores intercativos donde las separaciones verticales de vidrio cambian de transparente a opacas cuando te paras en un boton en el piso. También están las touch screens tipo ‘snorkels’ que muestran imágenes y luz y suministran información acerca de las últimas colecciones, imágenes de los desfiles y detalles de los productos. Existen también las ‘duchas de música’ que son áreas acústicas especiales con música tranquila y confortante.

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

H&deM dispusieron de una amplia gama de materiales para este Prada. Estos son o híper artificiales, como resina, silicona ‘orgánica’, fibra de vidrio moldeada, laca, fibra óptica incrustada en resina, conglomerados de espuma rígida, nylon, acero, cristal; o híper naturales, como cuero, musgo, planchas porosas de madera o piel de pony.

El equipamiento fue diseñado exclusivamente para el local explorando una nueva faceta en el estudio. Combinando materiales de manera innovadora se diseñaron mesas que albergan productos, racks de exhibición y bancas con la intención de ser comercializadas.

En comparación con el Prada SoHO de Rem Koolhaas donde reina la versatilidad y se sacrifica el espacio comercial en pos de un ambiente de intercambio cultural y recreativo, el Prada Tokyo es exclusivamente un lugar de exhibición de mercancías apuntando al consumo. La entrada principal agujerea la colmena estructural al nivel de piso, extendiendo la plaza dentro de la tienda. La fachada vidriada no solo sirve como elemento arquitectónico funcional, sino que resalta el diseño interior. Los núcleos verticales y los tubos horizontales dispuestos singularmente, el fluido, las circulaciones cruzadas y los espacios interiores blancos impecables guían a los clientes de un piso a otro, perdiéndose la noción de espacio y haciendo que el edificio se vea como un único continuo arquitectónico sumándose a la sensación surreal de que no es una tienda sino un paseo por un origami desdoblándose.

Se le da gran importancia a las vistas revertiendo el típico énfasis japonés de mirar hacia adentro. La forma exterior junto con la piel, mas el espacio interior intenta dar a la identidad del edificio un “carácter oscilante” que es atribuido al uso de los tres tipos de vidrio de afuera –cóncavo, convexo y plano- y a los tubos horizontales y los soportes verticales de adentro. Los tubos horizontales crean yuxtaposiciones entre los espacios privados y las áreas abiertas más fluidas. El vidrio actúa como un ojo entre la ciudad y la tienda y viceversa, a veces distorsionando o a veces focalizando las vistas. Como algunos vidrios son curvos, parece que se mueven cuando caminas alrededor del mismo creando un carácter único para el edificio, basado en la hora del día, clima, posición del observador y otras variables. Esta arquitectura altamente comunicativa contrasta con el carácter introvertido del epicentro NY.

Herzog & de Meuron – Tienda PRADA, Tokyo

La poética fundamental de este edificio pasa por lo informe jugado exclusivamente a la piel. Una piel que se extiende a través del mismo dando una idea de espacio de compras único y continuo. La tienda funciona como una inmensa herramienta perceptiva. Las geometrías distintas de los paneles de vidrio generan reflexiones facetadas que llaman a los visitantes a interactuar con las diversas curvaturas ya sea dentro o fuera del edificio; a ver imágenes siempre cambiantes y perspectivas casi cinematográficas de los productos de Prada, la ciudad y de ellos mismos. Se juega mucho a la iluminación del edificio para lograr que éste sea un escenario en todo momento. Mas allá de la piel está el elemento mas importante del edificio y el mas relevante para su propósito: un lugar para la moda. El concepto general es que el edificio entero sea parte de la experiencia del salir de shopping, redefiniendo el evento mismo y convirtiéndolo en un hibrido entre el consumo y la cultura. Prada Aoyama es un nuevo local que respira nueva vida en el mundo arquitectónico del diseño de una casa de moda. Se posiciona eliminando la diferenciación tradicional entre arquitectura, vidrieras y exposición. Todo es una exposición, todo es arquitectura. De hecho todo es un espectáculo, todo es publicidad. Ésta arquitectura altamente táctil y texturada que a su vez es altamente estratégica, se contrapone a la solución adoptada por Koolhaas en NY que apuesta a lo tecnológico y visual.

Mas allá de que Prada Tokyo forma parte de la ultima tendencia del estudio de la exploración de lo informe (Biblioteca dela Universidadde Cottbus, Proyecto del MOMA de Mueva York, Estadio Allinz-Arena entre otros) continua el énfasis puesto en la piel a través del manejo del material, las juntas, los ritmos y las texturas.