Le Corbusier

Le Corbusier

La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz. Nuestros ojos están hechos para ver las formas bajo la luz: las sombras y los claros revelan las formas. Los cubos, los conos, las esferas, los cilindros o las pirámides son las grandes formas primarias que la luz revela bien: la imagen de ellas es clara y tangible, sin ambigüedad. Por esta razón son formas bellas, las más bellas. Todo el mundo está de acuerdo con esto: el niño, el salvaje y el metafísico. Es la condición esencial de las artes plásticas.

Le Corbusier, Hacia una Arquitectura. Vers une architecture, París 1923. Compilación de artículos escritos para la revista L’Esprit Nouveau, publicados entre 1920 y 1925

Le Corbusier

Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido, a partir de la década de 1920,1 como Le Corbusier (La Chaux-de-Fonds, Romandía, Suiza; 6 de octubre de 1887 – Provenza-Alpes-Costa Azul, Francia; 27 de agosto de 1965), fue un teórico de la arquitectura, arquitecto, diseñador y pintor suizo nacionalizado francés. Es considerado uno de los más claros exponentes del Movimiento Moderno en la arquitectura (junto con Frank Lloyd Wright, Walter Gropius, Alvar Aalto y Ludwig Mies van der Rohe), y uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX.

Nació en la localidad de La Chaux-de-Fonds, en la Suiza francófona con el nombre de Charles Edouard Jeanneret-Gris. A los 29 años se trasladó a París donde adoptó el seudónimo Le Corbusier, variación humorística (ya que evoca a la palabra cuervo) del apellido de su abuelo materno: Lecorbésier. Su padre se dedicaba a lacar cajas de relojes para la industria relojera de su ciudad natal, y su madre fue pianista y profesora de música.

En 1900 Le Corbusier comenzó su aprendizaje como grabador y cincelador en la Escuela de Arte de La Chaux-de-Fonds, en Suiza. Uno de sus profesores, Charles L’Eplattenier, le orientó hacia la pintura y después hacia la arquitectura. En 1905 diseñó su primer edificio, una casa unifamiliar para un miembro de la Escuela de Arte, la Villa Fallet. En los siguientes diez años hizo numerosos edificios, que todavía no llevan su sello característico posterior, y que él mismo no incluyó en el registro posterior de sus obras.

Ya en París, trabajó durante quince meses en el estudio de Auguste Perret, arquitecto pionero en la técnica de construcción en hormigón armado. A continuación viajó a Alemania para estudiar las tendencias arquitectónicas de ese país. Allí trabajó en la oficina de Peter Behrens, donde coincidió con Ludwig Mies van der Rohe y Walter Gropius, quienes también trabajaron ahí en esa época, aunque probablemente no a la vez.El año 1911 lo dedicó por completo a viajar. Desde Viena fue a Rumanía, Turquía, Grecia e Italia y a su regreso fue profesor durante dos años en el departamento de arquitectura y decoración de la Escuela de Arte de París.

En 1922, Le Corbusier comienza a trabajar con su primo Pierre Jeanneret, con el cual mantuvo su asociación hasta 1940, y abren su despacho de arquitectura en la rue de Sèvres en 1924.Inicialmente los dos diseñaron casi exclusivamente edificios residenciales. Uno de sus grandes proyectos de estos años, en este caso como urbanista, es su diseño conceptual de una ciudad de tres millones de habitantes, la Ville Contemporaine (Ciudad Contemporánea).

Casa Curutchet

En octubre de 1929 Le Corbusier dictó en Buenos Aires un ciclo de diez conferencias, invitado por la Asociación Amigos del Arte. En este viaje también visitó Río de Janeiro, Asunción, y Montevideo. En referencia a la primera de las ciudades citadas dejó bien clara su percepción de urbanista al expresar: «Buenos Aires es una ciudad que le da la espalda a su río», aludiendo con esto a algo de lo que aún adolece tal ciudad: pese a tener una extendida costa frente al gran estuario del Río de La Plata se ha privilegiado ediliciamente un área que no permite la vista a tal estuario, más aún el acceso al mismo se halla obstaculizado por instalaciones de antiguos puertos, un aeropuerto, tramos ferroviarios a nivel y autopistas. Los temas de estas conferencias son publicados en 1930 en el libro «Precisiones».

La única obra de Le Corbusier en la Argentina es la Casa Curutchet, una vivienda unifamiliar construida en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, entre los años 1949 y 1953. En Brasil construirá la embajada de Francia (Brasilia)4 y el Edificio Gustavo Capanema (Río de Janeiro), ambos con la colaboración de arquitectos locales.

Le Corbusier fue un trabajador incansable. Realizó innumerables proyectos, de los cuales muchos nunca llegaron a realizarse, pero que marcaron a generaciones posteriores de arquitectos.

Difundió también sus ideas urbanas a través del CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) uno de cuyos documento es la Carta de Atenas. Sin embargo, fue únicamente en Chandigarh, India, donde pudo hacerlas realidad.

El 27 de agosto de 1965, desobedeciendo las indicaciones de su médico, Le Corbusier fue a nadar mientras pasaba sus vacaciones en su cabaña en Roquebrune-Cap-Martin, en el Mediterráneo francés. Fue encontrado muerto por unos pescadores, presumiblemente de un ataque al corazón.

Contribuciones teóricas a la arquitectura

Le Corbusier fue, además de un gran arquitecto y pintor, un eminente teórico de la arquitectura. Escribió varios libros, en los que ejemplificaba sus ideas mediante proyectos propios (a la manera clásica como lo hizo en su momento, por ejemplo, Andrea Palladio en I Quattro Libri dell’Architettura)5 Tuvo muy claro que, aparte de saber crear buenos edificios era necesario saber explicarlos y transmitirlos al resto de los profesionales y a los estudiantes, y ejerció con gran maestría la tarea de publicitar su propia obra.

Como visionario, Le Corbusier veía la posibilidad de cambiar el mundo a través de la arquitectura. Si bien nunca se alió con un grupo político en particular, su postura estaba más cerca de una postura liberal (algunos lo han descrito como un socialista, adjetivo que probablemente se queda corto para caracterizar sus actividades), y como tal, veía todo proceso de diseño con fines utópicos. Lo que le permitió contribuir grandemente al significado de la arquitectura en general.

La machine à habiter

Le Corbusier es conocido por su definición de la vivienda como la máquina para vivir también llamada la máquina para habitar traducido literalmente. Con ello, Le Corbusier ponía en énfasis no sólo la componente funcional de la vivienda, sino que esta funcionalidad debe estar destinada al vivir, comprendiéndose esto último desde un punto de vista metafísico. Le Corbusier creía que el objetivo de la arquitectura es generar belleza (muy conocida también es su frase: la Arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz), y que ésta debía repercutir en la forma de vida de los ocupantes de los propios edificios.

En cuanto al criterio de «máquina de habitar», Le Corbusier estaba deslumbrado por las entonces nuevas máquinas: en especial los automóviles y aviones, considerando aquellos que tenían diseños prácticos y funcionales como modelo para una arquitectura cuya belleza se basara en la practicidad y funcionalidad; el racionalismo.

L´Esprit Nouveau

A fin de divulgar sus ideas sobre la arquitectura y la pintura, Le Corbusier fundó en 1920, junto con Amédée Ozenfant y Paul Dermée, una revista de divulgación artística que obtuvo gran resonancia internacional: L’Esprit Nouveau (El Espíritu Nuevo; aunque en francés la palabra esprit suele tener también el significado de conciencia, razón, inteligencia)cuyo primer número data del 15 de octubre de 1920 y el último en 1925. En 1923 Le Corbusier publica una recopilación de artículos de la revista en su libro «Vers Une Architecture».

Los cinco puntos de una nueva arquitectura

En 1926 Le Corbusier presenta un documento donde expone en forma sistemática sus ideas arquitectónicas: los llamados «cinco puntos de una nueva arquitectura» representan una importante innovación conceptual para la época, aprovechando las nuevas tecnologías constructivas, derivadas especialmente del uso del hormigón armado (hasta entonces este material se usaba en viviendas y monumentos disfrazándosele de piedra esculpida con molduras):

  1. La planta libre: para Le Corbusier, la planta baja de la vivienda, al igual que la calle, pertenecía al automóvil, ya sea para circulación o aparcamiento, por este motivo la vivienda se elevaba sobre pilotis dejando toda la planta baja libre para permitir el movimiento de los vehículos.
  2. La terraza-jardín: para Le Corbusier la superficie ocupada en planta por la vivienda debía de ser devuelta a la naturaleza en forma de jardín en la cubierta del edificio, convirtiendo el espacio sobre la vivienda en un ámbito aprovechable para el esparcimiento, que además permitía mantener condiciones de aislamiento térmico sobre las nuevas losas de hormigón.
  3. Los «pilotis»: aprovechando la acción conjunta de las losas de hormigón y los pilares metálicos, estos últimos tienen un consumo de suelo en la vivienda despreciable comparado con los muros de carga tradicionales o los pilares de ladrillo u hormigón. De esta forma, se mejora el aprovechamiento funcional y de superficies útiles, liberando a la planta de condicionantes estructurales.
  4. La ventana longitudinal: por el mismo motivo del punto anterior, también los muros exteriores se liberan, y las ventanas pueden abarcar todo el ancho de la construcción, mejorando la relación con el exterior.
  5. La fachada libre: complementario del punto anterior, los pilares metálicos se retrasan respecto de la fachada, liberando a ésta de su función estructural.

Su arquitectura resulta ser altamente racionalista, depurada ( con el uso de materiales sin disimularlos; nota la posible belleza de las líneas depuradas, sin adornos, sin elementos superfluos) y con un excelente aprovechamiento de la luz y las perspectivas de conjunto, dando una sensación de libertad (al menos para el desplazamiento de la mirada) y facilidad de movimientos.

El Modulor

Ideó el Modulor, sistema de medidas basado en las proporciones humanas, en que cada magnitud se relaciona con la anterior por el Número Áureo, para que sirviese de medida de las partes de arquitectura. De esta forma retomaba el ideal antiguo de establecer una relación directa entre las proporciones de los edificios y las del hombre.

Moneda conmemorativa donde aparece el Modulor de Le Corbusier

Tomó como escala del hombre francés medio de esa época: 1,75 m de estatura; y más adelante añadió la del policía británico de 6 pies (1,8288 m), lo que dio el Modulor II. Los resultados de estas investigaciones fueron publicados en un libro con el mismo nombre del Modulor.

Le Corbusier fue uno de los miembros fundadores del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna. En 1930 adoptó la nacionalidad francesa. Unos años después realizó su primer viaje a los Estados Unidos.

Le Corbusier se hizo famoso como uno de los líderes del llamado estilo internacional, junto a Ludwig Mies van der Rohe, Walter Gropius y otros. Fue un arquitecto muy admirado en su época e influyó a varias generaciones de arquitectos.

Su afán creador queda expresado en Le Poème de l’Angle Droit (El poema del ángulo derecho —ángulo recto—); especialmente en Fusión:

Asentado en demasiadas causas mediatas
asentado junto a nuestras vidas
y los otros están allí
y por todas partes están los: «¡No!» Y siempre más contra
que por
No condenar pues a aquél
que quiere asumir su parte en los
riesgos de la vida. Dejad
que se fusionen los metales
tolerad las alquimias que
por lo demás os dejan libres
de castigo
Es por la puerta de las
pupilas abiertas por donde las miradas
cruzadas han podido conducir al
acto fulminante de comunión:
«El ensanchamiento de los grandes
silencios»…
La mar vuelve a descender
a lo más bajo de la marea para
poder subir de nuevo a tiempo.
Un tiempo nuevo se ha abierto
una etapa un plazo un relevo
Así no nos quedaremos
sentados junto a nuestras vidas.